«Cuando se habla a las Juventudes de Acción Católica en la hora actual con las grandes empresas de apostolado en el complejo mundo juvenil y con sus múltiples estructuras, estudiadas a fin de lograr la penetración en todos los ambientes, no puede olvidarse a aquellos hombres de ayer que procuraron, con verdadera visión de porvenir, ir creando cauces de desenvolvimiento organizativo a las Ramas juveniles y que, sin alarmarse por la actitud de conquista de las mismas, las estimularon siempre para que no decayeran en sus ilusiones ni en sus trabajos.
Uno de estos hombres fue Mons. Zacarías de Vizcarra, Obispo Consiliario General de la Acción Católica ... », escribe en SIGNO [154] Santiago Corral, Presidente de la Junta Nacional de la Acción Católica Española.
Otro fue Manuel Aparici Navarro, Presidente Nacional de los Jóvenes de Acción Católica y, una vez ordenado sacerdote, Consiliario Nacional de los mismos.
«La Acción Católica Española, y muy concretamente la Juventud, en su Rama masculina, pueden enorgullecerse de, a la par de haber extendido su trabajo apostólico por todo el país, haber contribuido en gran medida, desde puestos importantes, a la labor política, docente y cultural de España ... Un lugar de privilegio debe ocupar nuestro llorado Manuel Aparici, casi un semidiós para todos los que en su época de gobierno de la Juventud figurábamos en las filas parroquiales. Nada podríamos decir que fuera bastante para encomiar su figura ejemplar ... », escribe también en SIGNO en esa misma fecha Luis Mira Izquierdo, Ex–director de SIGNO [155].
En esta fecha, 5 de enero de 1965, –como ya ha quedado dicho– SIGNO publica un número extraordinario, monográfico dedicado a la Juventud de Acción Católica de AYER, de HOY y de MAÑANA.
«Ha sido preparado –dice– con la ilusión que el tema a que se dedica merece. Y con el respeto y el cariño que nos inspira la figura amada de quien, con su muerte, nos lo sugirió. La misma figura, grande en la historia de la Acción Católica española, que fundó este semanario y proporcionó aliento y espíritu profundo a la Juventud de Acción Católica: Manuel Aparici.
»Como homenaje a este hombre singular, en su honor y a su memoria, hemos montado este humilde extraordinario.
»... Sin duda que la Acción Católica y la memoria entrañable de Manolo Aparici merecen este esfuerzo y mucho más ...
»Y hemos trabajado todos con ilusión, con mucha fe y con entusiasmo grande ... y lo hemos hecho porque queríamos rendir este homenaje al maestro muerto y porque deseábamos ofrecer a nuestros lectores un compendio de trabajos literarios, escritos por personas autorizadas, sobre un tema siempre vivo y cada vez más importante para la vida de nuestra Madre la Iglesia: La Acción Católica ... ».
«Habíamos oído hablar de él [de Manuel Aparici] en la vida del Ángel del Alcázar –dice por su parte la Rvda. Madre Abadesa del Monasterio de Religiosas Franciscanas Clarisas, Descalzas Reales, de Madrid al Rvdo. Sr. D. José Manuel de Lapuerta y Quintero, del Grupo de Peregrinos [156]. No sabíamos a ciencia cierta quien era Manuel Aparici, pero a través de la vida de Antonio Rivera se traslucía que era una figura excepcional en la Acción Católica de entonces. Él tenía una estima tal de las consignas u orientaciones de Aparici, que se vislumbraba un alma no vulgar y de gran ascendencia. Seguimos mirando y dimos con los cuadernos del Diario. Aquello nos emocionó. ¡Qué grandeza de alma! ¡Qué amor a la cruz! Es lo más destacado de Manuel Aparici, al menos en los últimos cuadernos de su Diario ... ».
Con estas palabras dedicadas a esta figura grande de la historia de la Iglesia española y de la Juventud de Acción Católica de España, Manuel Aparici, finaliza este tomo.
[154] De fecha 5 de enero de 1965.
[155] Cf. De fecha 5 de enero de 1965.
[156] Su carta de fecha 9 de febrero de 1976 (C.P., p. 9045).