Cuatro años antes de la gran cita en Compostela no faltaron quienes pretendieron suprimir la peregrinación con todo lo que ello suponía. Manuel Aparici, todavía seminarista, tiene que emplearse a fondo. Trata por todos los medios de anular el intento. Solicita y consigue la ayuda de Maximino Romero de Lema. En carta autógrafa de fecha 15 de noviembre de 1944, carta citada por el Rvdo. Antonio Santamaría González en su testimonio de fecha 29 de septiembre de 1993, le dice (Cf.):
«El peligro es más serio de lo que puede creerse. Índice de ello es el intento pertinaz de D. Evaristo y de Bonet de suprimir la Peregrinación a Santiago con todo lo que ello supone; por otra parte, entre Joaquín [Ruiz–Giménez], Sánchez Bella y su grupo y el Consejo Superior hay una serie de recelos; los amigos de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas también están divididos; yo logré mover a alguien a tiempo y creo que quedará Alfredo en la Junta Técnica.
»No hay Junta, no hay Consejo, no hay auténtico grupo de Pax Romana; hay bastantes elementos buenos dispersos con espíritu de guerrilleros y el Señor ha querido crear entre ti y todos ellos vínculos de caridad y de prestigio muy fuertes que creo hay obligación de utilizar. Tal vez un retraso de un curso en tu colaboración con Ángel suponga un adelanto de muchos años, si consigues, con la ayuda del Señor, crear aquí con todos esos elementos el grupo fuerte por su vida sobrenatural que es necesario en la capital de España; pensad Ángel y tú, que precisamente en otro campo no se puede hoy trabajar sin preparar para la siembra, misión que yo he abrazado; hay más obligación de no abandonar el campo seglar. D. Zacarías, D. Hernán, D. Emilio, Alfredo, el Consejo y yo coincidimos en que tu harías aquí un gran bien ... A Ángel y a ti en nombre de la Juventud por la cual yo retrase siete años mi vocación os pido este sacrificio de siete meses. Acuérdate de nuestra vocación en casa de Puchol».
Pero, al final se peregrina a Compostela
1. Manuel Aparici nos aproxima a Compostela, que se entrevé ya cerca
A la pregunta, ¿tienes esperanza en la gran Peregrinación del 48 y piensas que puede tener repercusión en el mundo?, Manuel Aparici responde así al redactor del BOLETÍN DE DIRIGENTES (Cf.) [106]:
« ... ¡Tantas veces lo he dicho! La Juventud se acuerda poco de lo que han hecho y dicho sus mayores. Se ha insistido mucho sobre lo mismo ... Parece que los jóvenes son algo desmemoriados ... La juventud española es la esperanza del mundo. Si realmente fueran a Santiago 100.000 muchachos en gracia podían hacer un bien enorme y la transcendencia sería inmensa. Si realmente se quiere lograr esta espléndida realidad, no tenemos que perder ni un minuto para orar, sacrificarnos y trabajar».
Las respuestas de Manuel Aparici –añade el redactor– tienen la gran virtud de aproximarnos a Compostela, que se entrevé ya cerca a pesar del tiempo y de la distancia que nos separan. Manuel Aparici, desde el Seminario, será siempre la inspiración, el aliento que nos guíe y nos conduzca a los pies del Apóstol. Él soñó para nuestra Juventud la suprema empresa de caminar al Padre por un camino de estrellas que pasa por Santiago de Compostela.
2. Es toda una juventud en marcha
A sólo dos años de la peregrinación, el 25 de agosto de 1946, Manuel Aparici, siendo todavía seminarista, pronunció una Conferencia a hispanoamericanos y españoles en La Coruña. Destacamos (Cf.):
«Diez años lleva la Juventud de Acción Católica de España peregrinando desde aquel 1 de febrero de 1936 en que la Santidad de Pío XI trazaba la cruz de su bendición sobre nuestro afán de peregrinos y el ardor de misión que nos mordía el alma ...
»Es toda una juventud en marcha, toda una “gens” santa, un linaje que avanza hacia Santiago. No hacia la Ciudad Compostelana, aunque sea relicario de fe y pregón de piedra que clama porque volvemos a lo nuestro, a ser Pueblo en Misión. Ni tampoco es caminar hacia un sepulcro que guarda los restos venerados de un Apóstol. Es caminar de fe en fe hacia una santidad análoga a la que hizo el impetuoso “Bonaerges”, el protomártir del Colegio Apostólico y evangelizador de Iberia, es caminar hacia una plenitud de vida sobrenatural, porque Santiago es comienzo, es punto de partida de un nuevo vivir, que no es sino el eterno vivir de España, ser brazo de Roma, Novia de Cristo y amazona de Dios. Porque en Santiago nos vamos a juramentar 100.000 hijos de su estirpe, vamos a prometer al Príncipe de los Apóstoles ante los restos de otro Apóstol, que con entrega y decisión semejante a la de nuestro Padre en la fe vamos a acometer la tarea de hacer de nuestra propia vida y del vivir de España y de todos los pueblos hispánicos, Vanguardia de Cristiandad ...
»Este es nuestro afán de peregrinos, esto lo que nos encauza y anima: el ansia ardorosa de reiterar el “Civita Dei” en la tierra. Marcha unitaria, peregrinación permanente por eternos caminos de santidad, incesante caminar en busca de mayor perfección. Hay quien no comprende este afán, esta inquietud peregrinante, hay quien teme que sea sólo inquietud y dinamismo juvenil, hay quien se pregunta por qué la peregrinación es la empresa que enardece a nuestros muchachos; y sin aguardar la respuesta lo califica de vago romanticismo juvenil, y utópico, que linda con la insensatez y la utopía.
»¿Por qué insiste tanto la Juventud de Acción Católica en esta idea de peregrinar? Porque peregrinar es el estilo propio de la vida cristiana y también del vivir español.
»Peregrinar con fe, es abrir camino.
» ... Y ahora hace diez años que parecían cerrados todos los caminos del Reino de Dios. La cruz se hallaba proscrita de la escuela, del matrimonio ... de los cementerios ... y el pueblo español, como un sólo hombre, se alzó para abrir, con la caridad de sus mártires, camino al Reino de Dios.
»Peregrinar, estilo de la vida cristiana.
»Peregrinar es el estilo del vivir cristiano y del vivir español ... Peregrinos, por tanto, nos sentimos los jóvenes de Acción Católica de España ... ».
3. El éxito de nuestra peregrinación consiste en que los cien mil peregrinos que han de comparecer en Santiago sean copias vivas de Jesús
« ... Cien mil jóvenes en gracia, que vivan habitualmente en ella, que saboreen los dulces frutos del Espíritu Santo, que normal y espontáneamente honren con su vida al Padre que está en los Cielos. Sólo así la Peregrinación y su Congreso será un éxito, porque la Juventud de la Hispanidad y del mundo se sentirá atraída hacia ese Jesús cuya amabilidad resplandecerá en las obras y las palabras de la juventud de España hecha un sólo peregrino apóstol en Compostela.
»Por eso, el peregrino, después de prometer la práctica de la oración y de los sacramentos y de caminar siempre en la presencia del Señor, dice: “Estaré unido a Jesucristo” ... Y es que el “Compromiso” supone una obligación ...; el peregrino mediante el “Compromiso” se obliga a emplear el medio preciso para que exista en él la Caridad de Dios. Primero pedirla, mediante la oración y los sacramentos; después, aplicar sus fuerzas de conocimiento, sobrenaturalizadas por la gracia, a la caridad que Dios se dignó manifestarnos mediante Cristo ... » [107].
4. Imitaré a nuestros Patronos: Santiago y San Juan
«Peregrinos, Apóstoles ... los dos, de un celo tan ardoroso e impaciente que merecieron del Señor el sobrenombre de “Hijos del Trueno”. Los dos son nuestros Patronos de la Juventud: el primero porque lo es de nuestra Patria y hacia su ejemplo de santidad se encaminaron nuestros peregrinos desde 1936; el segundo porque así lo proclamó [por aclamación, a propuesta del Consiliario] la Juventud de Acción Católica en su V Asamblea de 1934» [108].
« ... En este día –escribe SIGNO el 30 de abril de 1949 (Cf.)– en que se celebran las Bodas de Plata de nuestra Asociación, todo joven católico debe alzar su mirada a los protectores celestes, que además son paradigmas y prototipos del hombre cristiano. El joven católico español, de corazón amplio y ardiente como el discípulo amado de Cristo, debe reclinar también su cabeza pura de pensamientos y limpia de intenciones en el amoroso pecho de Jesús, con la plena confianza del que se sabe fiel y amante discípulo ... El joven católico debe estar cortado, en punto a amor a Dios y a los hombres, por su Patrón San Juan Evangelista. Este era el Apóstol del amor ... Con este amor, el joven católico español ha de juntar un arrojo característico y un entusiasmo jacobeo arrollador. Junto al amor dulce y cálido de San Juan, el ímpetu y coraje del Hijo del Trueno. Estos dos Apóstoles forman la pareja de hermanos más completa de la Historia. Por eso son nuestros abogados. La dulzura juánea, sí, pero también la cólera santa de Santiago si es preciso. El amor suave y los deliquios de San Juan, sí, pero también los arranques impetuosos y las audacias del mayor de los hijos del Zebedeo. Este es nuestro Apóstol. El más osado, el más andariego, el más infatigable viajero del Evangelio de Jesús. El Maestro, unos días después de su resurrección, dice a sus discípulos: “Vosotros me seréis testigos hasta el fin de la tierra”. Sólo Santiago entiende al pie de la letra la palabra de Jesucristo, y por eso, abandonando antes que ninguno el colegio apostólico, se viene a predicar al Divino Resucitado hasta el fin de la tierra, es decir, hasta “Finisterre”, que es un lugar no lejos de Compostela. Este arranque sublime debe tener todo militante de la Asociación de la Juventud Católica Española que a “Boanerges” tiene por copatrono.
»El amor y el coraje, la dulzura y el ímpetu, San Juan y Santiago, todo eso debe ser el joven católico español. En esta fecha solemne de las Bodas de Plata de nuestra Asociación, hay que reafirmar nuestros principios, que no son otros que amor y actividad apostólica ... ».
Hace sólo unos meses, ante la tumba del Patrón de España, miles y miles de jóvenes católicos juraron fidelidad a sus ideas de combatientes de la fe. El recuerdo de la Peregrinación debe ser como un alerta perenne en nuestros días. No podemos entregarnos al reposo porque estamos en el camino, en la peregrinación de la vida, que es marcha continua, avance sin tregua, llevando en nuestros corazones el impulso y y la fuerza motriz de un gran amor y en nuestras almas el aliento y el fuego de una voluntad arrolladora. El amor a lo Juan Evangelista y el ímpetu a lo Hijo del Trueno».
5. Programa y Plan sobre la Peregrinación a Santiago
En sendas notas manuscritas, sin fecha, Manuel Aparici da a conocer en cinco lecciones, sin desarrollar, el Programa y el Plan sobre la Peregrinación a Santiago: Génesis del afán peregrinante en la Juventud de Acción Católica de España; peregrinar, estilo de vida cristiana; la Vanguardia de Cristiandad ejemplo, empresa del peregrino; peregrinar con fe es abrir camino y silueta del peregrino.
«Fin de la Etapa Jacobea es:
»Trocar a la juventud española en ejemplo vivo de Vanguardia de Cristiandad.
»Abrir camino en la mente y el corazón de los jóvenes dirigentes: Dirigentes, Adelantados, Jefes y Guías de Peregrinos a las excelencias de la “Civitas Dei”.
»Luego si según San Agustín el amor de Dios hasta el desprecio de uno mismo es lo que levanta la “Civitas Dei” o Cristiandad, a lo primero que hay que abrir camino en el alma de los peregrinos es al conocimiento, en luz de dones del Espíritu Santo, de Dios amor, Uno y Trino, que le sacó del no ser para anegarle en su propia y divina plenitud de ser y de amor ... ».
6. No fue vuestro Presidente quien convocó a peregrinar; fue Cristo quien llamó
A principios de enero, día, de 1948, Manuel Aparici escribe en SIGNO:
«Juventud e hipocresía no se compadecen. Sed sinceros, sensiblemente sinceros. No fue vuestro Presidente quien convocó a peregrinar; fue Cristo quien llamó. A los hombres se les puede engañar; a Dios no se le engaña. Patente queda a los ojos de todos los Aspirantes lo que el peregrinar exige. Dios no pide nunca sin dar; si Él pide a los peregrinos santidad, es que está dispuesto a concedérsela».
7. Invitación a todas las Juventudes del mundo a unirse a la peregrinación al menos espiritualmente
Ese mismo día SIGNO [109] invita a todas las juventudes del mundo a unirse a la peregrinación al menos espiritualmente.
«En la hora solemne en que comienza el Año Santo Compostelano de 1948.
»La Juventud católica que peregrina a Santiago.
»A todas las juventudes del mundo que confiesan la fe de Cristo y viven la comunión de su Iglesia.
»OS INVITA a uniros, al menos en espíritu, a esta marcha penitencial, figura y trasunto de nuestra peregrinación hacia la patria celeste.
»Para manifestar en un momento difícil y comprometido, frente a un mundo triste, débil y desesperado, el gozo de nuestros corazones, abrasados por el fuego de la caridad, la exigencia de una paz verdadera y la expectación del Reino de Cristo en nosotros, en nuestros hogares y en esta sociedad que se desangra.
»Santiago de Compostela, vísperas de la Circuncisión del Señor, 1948»
8. Llamamiento del Cardenal Primado, Pla y Deniel
«A Santiago en el Año Jubilar. Santiago ha sido y debe volver a ser una de las rutas de la cristiandad. Volvamos a pisar las huellas de miles de romeros de otros siglos, que de todas partes rendían viaje en las proximidades de Finisterre. Sea nuestra Peregrinación, como en los áureos siglos de Santiago, peregrinación de penitencia, de renovación interior, de adhesión firme a la Iglesia, de apostolado. Emprendámosla en nombre de María, consagrados a Ella y siendo esforzados paladines de la pronta definición dogmática de la Asunción de la Santísima Virgen en cuerpo y alma a los cielos.
»La juventud por Cristo, y como vanguardia, la juventud santiaguesa, la juventud española.
»Toledo, Epifanía 1948».
9. De cara a Santiago
Próxima ya la fecha de la peregrinación, Manuel Aparici, ya sacerdote, pero todavía estudiante en Salamanca, escribe en la revista INCUNABLE [110]:
«Nosotros también a Santiago. En espíritu y en verdad todos, con el Episcopado y la mocina española, que allí se han dado cita en los postreros días de agosto, y con presencia física también, los más que puedan.
»Nuestro vivir es precisamente la lección que los muchachos anhelan aprender junto al sepulcro del Apóstol: Grano de trigo que se entierra en corazones de hombres, y se empreña con humedad de lágrimas, y se hincha y dilata en caridad y misericordia, para romper corteza de egoísmo y tender raíces de comprensión y apostolado, y alzarse en tallo de oración que busca en el Sol Cristo luz y amor para curar heridas de ignorancia y odio con bálsamo Divino de Caridad Redentora, y así renacer en espiga ubérrima de Cristiandades Parroquiales.
»El Señor nos hizo semilla y sembrador a un tiempo. Hay que atraer el rocío con oración de sangre, como la del Maestro en cruz y hendir el duro terrón con el acerado filo de la verdad evangélica para después sembrarse con el ejemplo de un vivir que ha hecho de su muerte fuente de vida para los que el pecado mató el vivir divino.
»Pero también la Vanguardia de Cristiandad, tras de la que marchan los peregrinos, es nuestra Empresa. Que todas las mañanas, al ofrendar el vino de sacrificio, musitan nuestros labios: “Pro nostra et totius mundi salute”. Y así si el “nostra” se refiere a la porción de herencia que el Señor confió a nuestros desvelos y sobre la cual ha de caer el cotidiano rocío de nuestras lágrimas y sudores evangélicos, el “totius mundi” señala el Cuerpo Místico de Cristo, al adquirido y al potencial, pues le dio el Padre las naciones en herencia, y nosotros repetimos con el Vicario suyo que nos tonsuró: “Dominus pars haereditatis meae et calicis mei, tu es qui restitues haereditatem meam mihi”
»Todos los hombres de la tierra, redimidos por el amor y la Sangre Preciosa de Jesús, son nuestra herencia; la fe nos lo descubre en su única verdad: Ya no son de este o del otro país, son de Cristo, pues Él los adquirió con precio magno. Pero ellos no saben de los amores divinos que apretujaron el Corazón del Salvador y que le hacen renovar el pesebre y la cruz diariamente en el altar.
»Y como no saben, ni viven, ni aman, ni bendicen, y arrastran el peso de su inmensa desgracia. Pero a nosotros Jesús nos restituyó la herencia: el cielo anticipado, la posibilidad, con los divinos poderes, de amarle, en nombre de la humanidad toda, con su propio amor, hecho Hostia de alabanza y propiciación en nuestras manos.
»Nuestra es la elección y nuestra la Empresa. Que sepan los muchachos a quienes el viento del Espíritu lleva a Compostela, que les acompañan sus sacerdotes dispuestos a enterrarse en sus nobles almas para que el Señor haga alzarse en espiga ubérrima de fruto la Vanguardia de Cristiandad de nuestros comunes sueños.
»Y unidos en idéntica sed, Episcopado, clero, y fieles, sea nuestra Patria pueblo de apóstoles, que , semilla y sembrador, sepa sembrarse en los corazones a fin de que, renacida la Vieja Cristiandad europea e incorporadas a ella las Cristiandades Nuevas de Ultramar, como un sólo apóstol corran a las órdenes de Pedro a anunciar el gran día que hizo el Señor a los que aún yacen en la noche de la gentilidad y el paganismo.
»Y como rezaban los antiguos peregrinos y hoy repite la juventud de España, será ... porque Dios ayuda y Santiago».
«Fuimos a María para que nos alcanzara la gracia de ser apóstoles. Ahora vamos a Compostela para que Santiago nos enseñe a serlo» [111].
10. Los Aspirantes también han de ser peregrinos a Santiago
De su puño y letra Manuel Aparici explica a los Aspirantes por qué ellos han de ser también peregrinos a Santiago; les dice cómo han de ser aspirantes peregrinos y les da a conocer el secreto de su vida peregrinante. Destacamos (Cf.):
« ... Me llamáis Capitán de Peregrinos. ¿Queréis saber el secreto de mi vida peregrinante? Que Dios Nuestro Señor allá en Roma = amor me empezó a dar a conocer el 13 de marzo de 1934 lo que Él os amaba a vosotros. Y para podérselo agradecer necesitaba que todos los corazones de la juventud española le conocieran para que me ayudaran a amarle, bendecirle y adorarle. Y bien pronto a aquel pequeño grupo que éramos el Consejo del 36 al 41 nos pareció poco el amor de la juventud española, y ansiamos que se hicieran uno con nosotros en el conocimiento y en el amor toda la juventud hispánica y todos los hombres de la tierra y fue entonces cuando el Señor por mi medio quiso proponeros como Ideal de vuestro peregrinar por camino eterno de santidad el hacer de España y lo hispánico Vanguardia de la Cristiandad ejemplar.
»Aún está llena mi alma del inmenso aleluya de Zaragoza. ¡Cuántas gracias le doy al Señor por aquel inmenso gozo de sentir junto a mi corazón venir los veinte mil corazones de mis muchachos de la Juventud de Acción Católica Española palpitando de amor hacia Dios!
»Pensad en nuestra Peregrinación, en su última fase: 100.000 desparramados por los caminos de España cantando las misericordias del Señor y hechos una sola alma de amor en Compostela para que su mismo fuego se inflame en toda la juventud hispánica y del mundo ...
»¿Comprendéis ahora por qué también los aspirantes han de ser peregrinos?
»¿Es que no queréis que esos adolescentes en los que Dios se complace enloquezcan de amor por el Señor y a los que el Señor ama infinitamente para que la felicidad de vuestros aspirantes sea alabanza del Dios Uno y Trino?
»¿Mas cómo se han de hacer aspirantes peregrinos?
»Viendo a la luz del Introito de la Misa de hoy la Historia de la Peregrinación: “Cogitationis cordis ...”.
»Si allá cuando hace 19 años, Él arrebataba del fango del pecado a aquel pobre muchacho que ocho años más tarde iba a ser Presidente Nacional de la Juventud de Acción Católica, ya pensaba Jesús en vosotros.
»Allá en Roma cuando Él acariciando mi cabeza con la mano de su Vicario me ungía con la gracia de empezar a conocer el amor infinito que os tenía, también pensaba en vosotros.
»Y así también cuando el Consejo Superior en 1935 acordaba la peregrinación ... Y en 1936 cuando Pío XI la bendecía ... Y en la Cruzada (su amor a vosotros se manifestó en los siete mil mártires). Y en el Pilar, y en los 20.000 peregrinos y en los 3.000 que su amor llevó a los Seminarios.
»Mas por qué todo esto sino porque la gracia especial de vuestra vocación es la misma de que habla el Apóstol en la Misa de hoy ... Dadles a conocer el amor de Cristo.
»¿Qué pueden hacer ya desde ahora? Peregrinar espiritualmente, con oración y sacrificio de vanguardistas de Cristiandad ... Nuestra Peregrinación es restaurar el bello estilo dinámico de la vida cristiana ...
»Sentir vuestra responsabilidad: El mundo espera. ¡Qué importa que nos odie y nos calumnie, si tanto amó Dios al mundo que no paró hasta darle a su Hijo ... ».
11. Manuel Aparici, primer peregrino
Pocos días antes de la gran cita, concretamente el 14 de agosto, SIGNO publica estas elogiosas palabras para su persona con motivo de la entrega de la primera tarjeta de inscripción definitiva y de la medalla de la Peregrinación:
«Una representación del Consejo Superior ha visitado, el pasado domingo, día 8, al Rvdo. Sr. D. Manuel Aparici para hacerle entrega, como a “Capitán de Peregrinos”, de la primera tarjeta de inscripción definitiva y de la medalla de la peregrinación. Esta tarjeta lleva la banda azul de los sacerdotes.
»Sólo un nombre podía escribirse en la primera tarjeta definitiva de peregrino emitida por el Consejo: el de Manuel Aparici –por muchos años Manolo Aparici–, “Adelantado y Capitán” de nuestros anhelos, que hizo viva la inquietud de nuestra Juventud y que dio expresión a la frase del Ángel del Alcázar “Para Santiago, santo”. Ante esta noticia, tan grata para todos, SIGNO felicita al Padre Aparici y a toda la Juventud; no podíamos marchar a Santiago sin él, porque quedaba mucho de su espíritu en nuestro afán de hoy. Ya, al frente de nosotros, Manolo Aparici, sólo falta empezar la marcha, ese caminar en el que nos preceden aquellos hombres que sintieron también en su alma la sed de Santiago, los que pasaron por la jefatura de nuestra Juventud. Cinco nombres que son el prólogo de nuestro peregrinar» [112].
No se podía marchar hacia Santiago sin él.
Quince días después, el 29 de agosto de 1948, EL IDEAL GALLEGO, La Coruña, escribe lo siguiente, bajo el título «Aparici, primer peregrino» (Cf.):
«No hace muchos días aún el Consejo Superior de los Jóvenes de Acción Católica otorgó el número uno de las tarjetas de peregrino a Compostela, en la marcha juvenil jacobea organizada con motivo del año jubilar, a D. Manuel Aparici Navarro, antiguo Presidente Nacional de los Jóvenes Católicos españoles y hoy ministro del Señor. Nadie mejor que Manuel Aparici podría ostentar esta preferencia entre millares de adelantados ...; el “Capitán” por excelencia de un ejercito animoso organizado para ganar reñidas batallas espirituales en defensa de una juventud ejemplo y guía que hiciera de España la Vanguardia de Cristiandad.
»Apóstol infatigable, lleno de vida y de vocación, a él se debe, sin duda alguna, la feliz circunstancia de que los viejos caminos jacobeos se vean hoy llenos otra vez de entusiasmos juveniles y esperanzadores afanes de santidad, remozando los clásicos motivos de una mística andariega, olvidada o dormida bajo la losa de un pecado de generaciones tibias e indiferentes. Y es que Manolo Aparici, por cuyo nombre le conocieron tantos jóvenes en España que frisan hoy la madurez, supo dar contenido doctrinal a lo que allá por 1932, en el Congreso de Santander, no pasó de ser una oportuna sugerencia del representante de las juventudes gallegas –Taboada Lago– al proponer la celebración de la siguiente Asamblea Nacional de los Jóvenes Católicos españoles en Santiago de Compostela, con motivo del Año Santo. Contenido doctrinal lleno de sugestiones universalistas que empezó con la idea de una comunidad hispánica fuertemente unida, y acabó, más tarde, cuanto más intenso era el peregrinar de Manuel Aparici, en una santa ambición por la reconquista sobrenatural del mundo concebida bajo la fórmula esplendorosa de una Cristiandad de la que España podía ser, si se lo proponía, el ejemplo y el norte según lo reclamaba el Papa Pío XI, de feliz memoria, en su inolvidable encíclica “Mit brennender sorge”.
»Era entonces la hora crítica de España y también del mundo entero. La atmósfera enrarecida que respiraba la humanidad se hacía insoportable. Por España corrían vientos de persecución, y no tardó mucho en estallar la tormenta. En los campos de batalla y en las checas, la juventud peregrinante, dejó siete mil mártires, ofrendados en testimonio de la verdad, como si Dios quisiera que los que habían de venir detrás, aprendieran el estilo heroico, el sentido de la vida dolorosa que encierra el auténtico peregrinar a Compostela. Fue aquí donde Manuel Aparici supo dar la tónica ... que exigía el momento, a la gran marcha juvenil jacobea, dura, difícil e interminable. Su tesis ganó fervores entre la juventud española que se vio convertida en instrumento providencial para cooperar en la obra redentora del mundo.
»Terminada la Cruzada, la contienda mundial alargó aún más la últimas etapas de la peregrinación. No era, sin duda, llegada la hora. Pero la ocasión conmemorativa del centenario mariano en Zaragoza podía servir ya de encrucijada histórica para convocar al mundo a la gran marcha jacobea. Y desde las españolísimas orillas del Ebro, Manuel Aparici lanzó el mensaje de caridad y de comunión de fe, a todo el orbe abatido por la guerra y hambriento de paz. Ante 20.000 jóvenes, entre los que figuraban hermanos de América, quedó juramentada la juventud hispánica para llevar otros 100.000 a Santiago. Era una última consigna que daría el “Capitán” a sus peregrinos desde su puesto seglar de mando. Porque él, primer peregrino siempre, cabeza y guía de este caminar juvenil, había alcanzado ya la etapa de la entrega total, ofreciéndose al servicio íntegro, exclusivo, del Señor, en este peregrinar a Compostela. Era el lógico paso del adelantado que se ofrenda por los compañeros de viaje, para completar la maravillosa página de honor de la juventud española abierta con los nombres de millares de mártires y cerrada con los de otras tantas vocaciones. Por eso desde entonces, en la economía mística de la peregrinación, nadie como Manuel Aparici enriqueció sobre el altar de los sacrificios el tesoro sobrenatural de esos peregrinos. Hasta llevarlos a la vista de Compostela para entonar con ellos el Ultreya gozoso de la santidad conquistada después de un largo caminar por la noche triste del alma.
»Hoy, como nunca, D. Manuel Aparici, sacerdote ungido del Señor, no sólo tiene el derecho de ser el número uno de los peregrinos jacobeos, en este Año Santo compostelano, sino que es el auténtico símbolo del peregrinar juvenil audaz, generoso, apostólico y esperanzador, para un mundo que aún puede salvarse, si sabe encontrar a tiempo los caminos del sacrificio, de la oración y de la penitencia».
12. ¡Al fin, llegó el gran día!
Prevista en 1932 para 1937 no pudo llevarse a cabo hasta 1948. Peregrinación que doce años atrás [1936] Manuel Aparici le propusiera al Vicario de Cristo.
Era la peregrinación –tan largamente preparada y con tanta vehemencia anhelada– más grandes y la más interesante de todos los Años Santos Jacobeos de los siglos pasados.
«Dieciséis años de anhelo constante marcan el camino de Santiago que va a seguir la Juventud Católica Española, teniendo como compañeras a las representaciones mejores del mundo católico. Tres lustros cargados de acontecimientos insospechados, que si bien impidieron que la peregrinación ansiada se llevara a cabo en fechas señaladas, han permitido a la juventud española demostrar al mundo, y especialmente a Hispanoamérica –esa tierra que tiene su norte en la Península–, que sólo ella puede resistir los embates de la bestia que encarna la materia para hacer que triunfe el Ángel de la Verdad. Y de ahí su aspiración a constituir la Vanguardia de Cristiandad ... ¡Dieciséis años de historia! Sí. La Peregrinación tiene historia. No es improvisación o remate de un veraneo. Es el punto en que culmina la ansiedad penitente de tres generaciones viriles y es, al mismo tiempo, el punto de arranque de una nuevo caminar hacia metas grandiosas. Tiene historia la Peregrinación ... Y cuando el andante sienta desfallecer sus fuerzas, que vuelva su mirada hacia los que fueron quedando en el camino anhelado de Santiago; que piense en cualquier etapa anterior, y en ese volver la mirada atrás –¡volver la mirada atrás!– encontrará el empuje más fuerte hacia adelante, Por ello, cuando va a ser realidad el anhelo acariciado durante años y años, cuando el futuro va a ser ya presente, queremos saturarnos de esa historia que nos ha de dar fuerza y, al hacerlo, rendir homenaje a los que con su tesón diario y sacrificio, que culminó a veces en la muerte, permitieron que hoy, nosotros, demos el primer paso de la mayor empresa perseguida por una juventud: constituir la Vanguardia de la Cristiandad, que sea “sostén y guía del mundo profundamente enfermo”» [113].
«Durante estos años, especialmente para aquellos a quienes Dios concedió la gracia de la muerte heroica, fue el gran motivo para su santificación. Antonio Rivera ... decía: “Para Santiago, he de ser santo”», escribe Manuel Aparici en el BOLETIN DE DIRIGENTES agosto–septiembre de 1951.
Este era el lema.
¡Pero al fin, llegó el gran día! «Era el broche final. Una generación de Jóvenes de Acción Católica [...] rendía viaje al final de su travesía; otra [...] guardaba silencio ... » [114].
13. Llegada a Compostela
«Era el 28 de agosto de 1948. [Y un 28 de agosto también, pero de 1964, moría el Capitán de Peregrinos]. Más de 60.000 jóvenes peregrinos llegaron a Compostela [115] por diferentes medios y distintos caminos desde todos los rincones de España –escribe en SIGNO Manuel Vigil y Vázquez [116]–.
«Este era el sacerdote todavía joven [Manuel Aparici] que en 1948, en Santiago de Compostela, presencia modestamente cómo empieza a realizarse aquella congregación de Juventudes de todas las Españas que doce años atrás le propusiera al Vicario de Cristo. En los detalles, en la realización, en el programa, es posible que el acontecimiento no responda exactamente a lo planeado en 1936. Dos guerras [la de España y la de Europa] ... Pero las diferencias colaboran en resaltar más la identidad de propósitos y de fines, la fidelidad al estilo. Los muchachos que se agolpan en la residencia Universitaria de Compostela eran los niños pequeños de 1936. Pero su temple espiritual es el mismo que el de aquella generación ...; su desprendimiento igual ... Había unas 1.200 banderas de la Juventud.
»Durante todo el mes de agosto ... se pudo ver por distintos caminos de España grupos de muchachos marchando a pie, cargados con sucintos equipajes. Los hubo que siguieron su camino hasta el final, aunque sus pies se llagaron desde el primer día de caminar. Los hubo que consiguieron realizar sus etapas de tal manera que ningún día se quedaron sin comulgar, aunque para ello tuvieron que andar kilómetros y más kilómetros en ayunas [117]. Los hubo también que se sustentaron de una bolsa común y parca que difícilmente lograron estirar hasta el término de la Peregrinación. Los hubo que caminaron algunos días en completo ayuno y durmieron algunas noches en el santo suelo. Y no sólo anduvieron por su pie el camino de Santiago peregrinos españoles, pues hubo un francés que se fue desde París a Compostela andando por el viejo camino durante dos meses que duró su peregrinar.
»En cuanto a los peregrinos “motorizados”, unos 900 camiones [118], de carga en su mayor parte, les baquetearon durante varias jornadas, a la ida y a la vuelta, por los caminos que conducían a Santiago. Iban en ellos los jóvenes prensados unos con otros; con estrechas tablas por todo asiento, donde las había. Cuatro accidentes se produjeron, con dos muertos y más de veinte heridos en total. Los muertos fueron el párroco de Manuel (Valencia), D. José María Palomer, y el joven de Villanueva de Castellón, Vicente Ferry, a los que les estaba reservado, para ejemplo de todos, el altísimo destino de morir peregrinando. Y en cuanto a los que fueron en tren y en barco [los de las islas adyacentes y Marruecos] tampoco viajaron menos rudamente que los anteriores. Los de Palma de Mallorca, por ejemplo, en cubierta hasta Barcelona; en tercera, desde Barcelona a Madrid, y en camiones, desde Madrid a Santiago. Y sin paradas ni visitas turísticas. Sin dormir en cama los días que duró el viaje. Como los demás.
»La mayoría de los peregrinos eran empleados modestos, obreros o trabajadores del campo, que consumieron en la peregrinación parte o la totalidad de sus vacaciones y los ahorros que tenían hechos. Se dieron muchos casos de muchachos que trabajaron horas extraordinarias ... para poder costearse los gastos del viaje. Se ve, pues, que la peregrinación rebase en tiempo y, desde luego, en espíritu, los días consumidos en la ida a Santiago y el regreso. Y como el volumen de peregrinos era, desde luego, mayor que el de los habitantes de la ciudad compostelana, descansaron en ella de las fatigas del camino durmiendo al aire libre por rúas y plazas o en los bancos de las Iglesias» [119].
14. Peregrinación universal
«La Peregrinación fue católica [universal]. No sólo estaban allí las representaciones de las Juventudes de Acción Católica de los países hispanoamericanos. También estaba presente una representación de las Juventudes Católicas de Norteamérica. Y copiosas representaciones de Portugal, Francia e Italia. Muchachos de Bélgica, Inglaterra y exiliados de los países tras el “telón de acero”. Hasta dos jóvenes vietnamitas, que aportaron la representación del catolicismo del Extremo Oriente [32 países en total] ...
»El Cardenal Arzobispo de Toledo [Pla y Deniel] en funciones de Legado Pontificio, el Nuncio de Su Santidad y más de 20 Obispos de España, Portugal, Cuba, Brasil y hasta de la mártir Letonia. Testificaban el compromiso jacobeo de las Juventudes, anunciado por las pastorales de 34 Prelados españoles y de otros tantos extranjeros, entre ellos los Cardenales de París y de Lovaina, y saludado por mensajes de religiosos y misioneros del mundo entero.
»Mil cuatrocientas Misas en la noche eucarística. Novecientas setenta y seis blancas banderas con la cruz verde de la Acción Católica juvenil. Pero por mucho que intentemos abrumar con números, aún quedará muy lejos de expresarse la realidad de lo que el Patriarca de las Indias Occidentales y Obispo de Madrid–Alcalá calificó de “pentecostés compostelano ... ”» [120].
«La Misa y la comunión –impresionante, maravillosa–, ¡qué ejército de santos!» ... «¡Son tantos los recuerdos maravillosos. Pero quizá más que ninguno cuando en la madrugada del 29, después del rosario, en medio de la Misa comulgamos los 60.000 jóvenes. Era extraordinario pensar que en aquellos momentos toda aquella muchedumbre juvenil estaba en gracia. Con un ejército así podríamos sentirnos optimistas ... Los que estuvimos en Santiago en el 48 no lo podremos olvidar nunca», escribe por su parte Alejandro Fernández Pombo en SIGNO diez años después [121] ... « ... Dios hostia venía a mí entre los mil pasillos de muchachos, en la procesión de los 200 copones ... », precisa Álvaro Capella en el mismo número de SIGNO.
«En Santiago de Compostela, Año Santo de 1948, los Jóvenes de la Acción Católica Española quedaron ungidos peregrinos como el Apóstol, por Dios y por España, pues Santiago se hizo peregrino de España para cristianizarla por amor a Dios. Peregrinos, por tanto, por Dios y por España, trabajando sin tregua por hacer de ellos mismos, de sus Centros Parroquiales o especializados, de su Patria, de todo lo hispano, Vanguardia de la Cristiandad», escribe Manuel Vigil y González en SIGNO [122].
15. Ofrenda de la Juventud peregrina a la Iglesia de Santiago
En el Ofertorio de la Misa de Pontifical oficiada por el Cardenal Primado y Legado Pontificio, Pla y Deniel, el Presidente Nacional de los Jóvenes de Acción Católica, Enrique Pastor, hizo la ofrenda de la Juventud peregrina.
«En prueba de devoción a nuestro glorioso Patrón Santiago –dijo–, y para memoria perpetua de este solemne momento, ofrendamos a la Santa Iglesia Compostelana esta patena y este cáliz con el ruego, señor Cardenal, de que en este Santo Sacrificio que vais a celebrar, ofrezcáis en ellos el pan y el vino, primero; el Cuerpo y la Sangre verdadera de Cristo Nuestro Señor, después, y con éstos nuestra hambre de apostolado y nuestra sed de martirio.
»En esta patena, Eminentísimo Señor, se conmemoran las numerosas vocaciones sacerdotales que nuestra Juventud ha dado a la Iglesia. En este cáliz, aquellos esforzados jóvenes que el Señor acogió de entre nosotros para que dieran testimonio de su fe,
»Pedid, señor Cardenal, al que es Señor de la mies, al dador de toda fortaleza, al Dios lleno de misericordia, que por la intercesión del gran apóstol y mártir Santiago sigan produciéndose en nuestras filas vocaciones a su santo sacerdocio, que estemos en todo momento dispuestos para los más difíciles heroísmos y que seamos hallados fieles en el día en que el Señor se siente en el Trono de su juicio».
Contestación del Legado Pontificio
«Y Nos, en nombre de la Santa Iglesia Compostelana y con los más ardientes votos para que el Señor os dé cumplidas las gracias suplicadas, aceptamos esta Ofrenda para honra del glorioso apóstol Santiago y perenne recuerdo de este día venturoso» [123]
16. Radiomensaje de S.S. Pío XII a los Jóvenes de Acción Católica en Compostela
« ... Las ondas de la radio trajeron ante la enfervorizada muchedumbre juvenil la palabra del Papa, que habló en un dulce español, acordando el esplendoroso pasado de Santiago y preguntándose si toda esa gloria católica iba a quedar en un recuerdo añejo, y añadiendo él mismo que los jóvenes católicos de España, con su deseo de forjar una Cristiandad ejemplo, están respondiendo que no. Los añejos recuerdo son renovada realidad» [124].
Y ahora las palabras del Papa.
«Amadísimos jóvenes, peregrinos de Compostela:
»Es propio de la juventud evocar las hazañas de sus mayores para repetirlas luego, mejorándolas, si posible fuera. Vuestra presencia de hoy en Santiago –entusiasta, numerosa, ferviente– lo está demostrando de una manera admirable.
»Efectivamente, Compostela había sido durante siglos como la resonancia viva de una historia, desde los días oscuros y heroicos de un Alfonso II hasta los esplendorosos de un Carlos V, y sede de Prelados insignes, como un Diego Gelmírez y un Pedro Muñiz, que dejaron escritas sus crónicas con las piedras graníticas de esa Catedral incomparable; pero había sido, sobre todo, el rincón escogido por la providencia entre las dulces y verdes colinas de esa “terriña meiga” para hacer de ella uno de los más potentes centros de atracción para la fe, para la piedad y para el espíritu generoso de aquella Cristiandad en pleno fervor de vida. Reyes y plebeyos, obispos y monjes, santos y pecadores, caballeros y pecheros, artistas y sabios, juglares y trovadores, fluyendo y refluyendo como aluvión incontenible y constante a lo largo del “Camino de Santiago”, no sólo aceleraron y profundizaron el ritmo de la historia, sirviendo de crisol a la elaboración de las ciencias y de las artes, sino que desparramaron por el mundo un anhelo de purificación y esparcieron por todas partes aquellas ansias de pacificación y de fraternal unión de los espíritus que han sido siempre la única y segura base de la paz.
»Desde el Monte del Gozo a la Puerta de los Perdones era la coronación de un anhelo, que acaso había tenido antes sus fases íntimamente dolorosas; bajo las bóvedas severas y en la mística penumbra, alumbrada día y noche por centenares de blandones, el ritmo arcaico de las chirimías y el balanceo grave del “botafumeiro”, abrían las puertas al estupor: el abrazo a la pétrea y hierética imagen ascendía a la categoría de gesto de reconciliación y purificación, simbolizada acaso en la venera, que el peregrino no dejaba de prenderse al pecho; las últimas hilachas del pardo sayal, abandonadas sobre la “Cruz dos farrapos”, venían luego a ser el símbolo de una vida que quedaba cada vez más lejana, y, finalmente, la estética contemplación del Pórtico de la Gloria representaría como un anticipo de aquel paraíso, cuyas puertas se iban a abrir para él gracias a las magnánimas indulgencias de Compostela, ampliamente otorgadas por los Sumos Pontífices, Nuestros Predecesores.
»Pero ¿habría de quedarse todo en recuerdos añejos o en memorias muertas?
»Y he aquí que vosotros, hijos amadísimos, jóvenes españoles de Acción Católica ..., juntamente con vuestros hermanos de las Congregaciones Marianas y con toda la juventud española, a la que se han querido unir, con edificante y fraternal concordia, los representantes de casi todas las naciones de Europa y de América; he aquí que vosotros, para mostrar vuestra juventud intacta, para proclamar la sublima locura de un Dios crucificado y para forjar en vosotros mismos una Cristiandad ejemplar, habéis respondido rotundamente que no. Los añejos recuerdos y las vetustas memorias, al conjuro de vuestro vibrante entusiasmo juvenil, se han convertido de nuevo en realidad.
»Y así tenía que ser: Porque si el peregrino fue pieza indispensable en el tablero del mundo medieval, si el peregrinar tuvo entonces la noble función de consolidar la fe del pueblo, de acercar entre sí a las más diversas naciones, de aliviar a los desgraciados y consolar a todos y hoy, entre las enormes dificultades y dolores de la hora presente, sigue siendo una bendición para el mundo.
»El peregrino vive de la fe y por esta fe lo deja todo, arrastrado por aquella luz que atrae su alma para purificarla: “Credidit Abraham Deo”. Creyó Abraham a Dios, lo cual le fue imputado a justicia; el peregrino es una llama viva de piedad, cuyo ardor ha de consumir la escoria de sus pecados; el peregrino es generosidad y arranque, que quiere ir siempre delante y figurar en vanguardia; el peregrino es amor, respeto y adhesión a la Iglesia, a cuyas penitencias se somete y cuyas gracias busca. Es amplia y cristiana universalidad, que no resiste estrecheces de estirpes, de patrias o de fronteras, sino que se lanza resueltamente al ancho cauce de la catolicidad.
»Espíritu de fe y de sacrificio, vida de piedad y de continuo progreso en vanguardia, adhesión, respeto y amor a la Iglesia, corazón ancho como el mundo: Eso sois en estos momentos, jóvenes peregrinos de Compostela, y eso habéis de ser mañana y siempre, jóvenes católicos de todo el mundo; y si en otros tiempos, el grito irresistible de “¡Santiago, y cierra España1”! se rompió con los enemigos de la fe, si ayer todavía el Apóstol no abandonó a quienes le invocaban, estad ciertos de que hoy y siempre su espíritu y su protección os conducirán de nuevo a la victoria en las espirituales batallas y os harán superar los lazos que por todas partes se os tienden, especialmente a vosotros, a la juventud, porque saben que sois una potencia poderosa y gallarda del presente y una promesa radiante y segura del porvenir.
»“Igitur via peregrinalis est res optima sed angusta”. La vida peregrinal es cosa óptima, pero estrecha, dice el conocido sermón del Códice Calixtino; mas sería la primera vez que la dificultad habría espantado, desarmado y hecho retroceder a la juventud, y más todavía a una juventud como la vuestra, nutrida en la fe sólida y crecida en el ardiente clima del sacrificio.
»¡Adelante, pues, juventud brillante, creyente y peregrina! ¡Adelante con vuestra venera y vuestro bordón, que hay mucho que peregrinar hasta dar todo el corazón a Dios y todas las almas a Jesucristo, hasta el cielo, que es vuestra meta!
»O Beate Jacobe! –Cantaban vuestros antepasados peregrinos–. O Beate Jacobe Virtus nostra vere, –Nobis hostes remove– tuos ac tuere, –Ac devotos adhibe nos– tibe placere. ¡Oh, sí, apóstol santo, predilecto del Señor, alma de fuego, capitán invencible: aparta de nuestro camino a los enemigos nuestros y tuyos, haz que te sirvamos siempre, y sigue protegiendo a España y al mundo entero, concediéndole el beneficio de una paz sólida y duradera, fundada en la justicia ... ».
17. Tu obra, Manolo
«Como “uno es el que siembra y otro el que recoge”, de los que proyectaron el magno Congreso juvenil y jacobeo ... casi no había presentes en 1948 en Santiago más que unos cuantos, y más bien como espectadores o invitados –escribe en SIGNO Manuel Vigil y Vázquez [125]. Uno de ellos es un presbítero, todavía joven, que camina apoyándose en un bastón. Se ha quedado junto con otros sacerdotes y seminaristas contemplando cómo se puebla de peregrinos el parque de la Residencia Universitaria. Permanece apartado y discreto fuera del alcance de los puestos de honor y de mando de la gran concentración. Terminados los actos, cuando los peregrinos se disponen a partir a sus puntos de origen, otro veterano de la Juventud de Acción Católica se cruza con el sacerdote y, al verle, se va hacia él, y mientras le abraza de corazón, exclama:
»–Tu obra, Manolo; tú eres el papá–
»Y así era. Aquel sacerdote que había asistido silencioso y recogido a la magna y soñada peregrinación era D. Manuel Aparici ... A él se debe, efectivamente, en gran parte el estilo jacobeo que distingue a las Juventudes Católicas. El fue el que en aquel día de enero de 1936 expuso a Su Santidad Pío XI el ambicioso proyecto de reunir en Compostela a los jóvenes que hablan y rezan en español a uno y otro lado del Atlántico.
»Manuel Aparici había recogido de sus antecesores en la Presidencia Nacional de la Juventud de Acción Católica, José María Valiente y Alfredo López, una obra en período de formación, en batalla contra los respetos humanos, aprendiendo que el catecismo no se debe cerrar después del día de la primera comunión; que la vida interior no es sólo “de curas y frailes”; entrenándose en cantar y sentir lo de “ser apóstoles o mártires acaso” frente a una ambiente callejero donde se presuma de hombría a base de anticlericalismo y prostitutas.
»En los moldes preparados por sus antecesores iba Aparici a vaciar el fuego apostólico encendido por los Hijos del Trueno ... Manuel Aparici se entrega absolutamente a infundir en los jóvenes españoles la ambición de hacer de su Patria “una Cristiandad ejemplo y guía”. Hombre de oración, organizador tenaz, estudioso incansable, orador fogoso y estremecedor, él no vive para otra cosa que no sea la Juventud de Acción Católica. Escribe para SIGNO, prepara guiones de estudio para los Cursillos de Formación de Dirigentes, profesa en los mismos, pone en pie una interpretación providencialista de la misión de España, frontera de los últimos y luminosos escritos de García Morente sobre la Hispanidad y el caballero cristiano; recorre todos los caminos de España, que él ha hecho antes que nadie un nuevo camino de Santiago; pide a los que puedan dar ayuda a los que lo necesitan, pone brasas donde no hay fuego y lo extiende allí donde lo hay. Lleva durante la guerra la Acción Católica hasta las trincheras, creando en ellas los Centros de Vanguardia, que suman varios centenares, y convierte las horas del frente ... en horas de lucha ascética y de avances espirituales. Y en la paz reorganiza la Asociación, y como ya hemos dicho, la conduce triunfalmente al Pilar para ofrendar a la Iglesia y a España la sangre de los mártires y aceptar el legado de sacrificio que ellos legaron. Recogió una Organización con menos de 40.000 muchachos y cuando se despidió en el año 1941 en las Jornadas Nacionales en Valladolid, la obra ha dado siete mil muertos por Dios y por la Patria y está entregando a centenares de jóvenes para poblar la semidesplomadas aulas y celdas de los Seminarios y Noviciados y, pese a estas sangrías, el número de asociados ha rebasado ya los 100.000. Su sucesor, Antonio García–Pablos y González–Quijano, recoge unos cuadros parroquiales compactos, veteranos y rezumantes de ideal de Vanguardia de Cristiandad. Y Manuel Aparici se adentra por el Seminario».
18. La Prensa en la peregrinación
Con fecha 6 de septiembre de 1958, diez años después de la Peregrinación, Antonio Herrero Losada escribe en SIGNO (Cf.):
« ... Me encargué de las cuestiones de Prensa en la Peregrinación con una sola instrucción: ... Conseguir que la empresa de Santiago tuviera el eco debido en los periódicos y en las emisoras españolas.
»La Sección de Prensa quedaba montada como una agencia de información ... Atendimos a los periódicos de Madrid sirviéndoles ... estas noticias, mientras que al resto de España llegamos a través de las agencias Cifra, Logos y Mencheta, a las que facilitábamos las mismas noticias para que ellas, muy benévolamente, las distribuyeran a sus abonados. De la misma manera atendimos a la radio. Establecimos contacto con las agencias France–Presse, Reuter, United Press y Associated Press, concretamente con estas dos últimas, que por tener numerosos abonados en Hispanoamérica ponían especial cuidado en las noticias relativas a peregrinos hispanoamericanos. Completamos nuestra red de difusión facilitando nuestras informaciones a la Radio Vaticana, que las dispensó una excelente acogida.
»Simultáneamente, esta Sección de Prensa de la Peregrinación editó un folleto, exclusivamente informativo, dirigido a los profesionales de la Prensa ...
»Cuando faltaban tres meses para que se iniciara la marcha a Santiago convocamos un concurso entre periodistas con premios en metálico para el periódico, agencia o emisora de radio que más hubiera contribuido a la divulgación, y a los autores del mejor artículo firmado y el mejor editorial ...
»En total ascendían a más de 9.000 los recortes de Prensa que obraban en nuestro poder con noticias aparecidas en la Prensa española, unos 180 editoriales y más de 200 artículos firmados [126].
»Ese objetivo de inundar los periódicos con informaciones relacionadas con la Peregrinación había sido alcanzado. El procedimiento estimo que resultó el más conveniente: Hacer que llegara a los profesionales de la Prensa la materia prima indispensable para que pudieran escribir de la Peregrinación: la noticia. Y al mismo tiempo, la documentación brevísima indispensable para que el periodista que lo considerase interesante y conveniente tuviera base para sus editoriales y artículos.
»A los diez años de todo aquello pienso que actuamos debidamente. En ninguna ocasión recomendamos en aquella campaña preperegrinación una noticia o un artículo; servimos a la Prensa todo lo que teníamos y sabíamos, para que ella actuase con arreglo a su criterio; seguimos los conductos normales y sobre todo, dejamos actuar a los profesionales, que siempre son los que saben mejor que nadie despertar el interés del lector cuando tienen base para ello. Yo sabía que la empresa de Santiago contenía el suficiente interés para mover los titulares, las fotografías y las columnas de los periódicos. Nuestro deber era simplemente contarles lo que iba sucediendo en relación con esa empresa y sólo con la orientación de la noticia explicarles lo que representaba. Los resultados fueron excelentes. El periodista profesional reaccionó como siempre que no se siente coaccionado, ni dirigido, ni coartado y sí documentado e informado ...
»En Santiago, los días en que se celebraron los actos de la Peregrinación, la tarea principal estuvo a cargo de los corresponsales de las agencias Cifra, Logos y Mencheta. Eran tantas las noticias que se producían a cada momento, que haber querido dirigirlas con una mano hubiera equivalido a contener las aguas de un río desbordado. Enrique Torres, de Logos, y los hermanos Ruiz Alvite, que tenían las corresponsalías de Cifra y Mencheta, llevaron el peso de la información, colaborando yo con ellos desde una de las salas de “El Correo Gallego” que el entonces director del periódico compostelano cedió a SIGNO y a nosotros para que instalásemos allí el pequeño cuartel general de la Prensa. En Madrid, D. Tomás Cerro Corrochano, que ocupaba el cargo de Director General de Prensa, dio a nuestra tarea todo el apoyo que podía salir de sus manos y nos consta el interés que demostró en todo momento por ella.
»Simultáneamente funcionó SIGNO ...
»La Peregrinación constituyó una fuente de enseñanzas en todos los órdenes. Una vez más me confirmó en el terreno periodístico el valor cumbre de la noticia como base de toda información ...».
19. SIGNO fue el alma de esta gran marcha jacobea
SIGNO fue entonces alma de aquella gran marcha jacobea congregadora de juventudes de todos los continentes ... «Simultáneamente –escribe Antonio Herrero Losada en él [127]– funcionó en Santiago en estrecha colaboración con “El Correo Gallego”, que dirigía José Goñi. Por aquellos días, SIGNO se convirtió en diario, y es más, el día cumbre de la Peregrinación, apareció en común con el periódico compostelano. La primera página llevaba el título de “El Correo Gallego” y la última el de SIGNO con su cabecera habitual. Creemos que ha sido un caso único en la historia del periodismo. De cómo trabajó entonces la Redacción de SIGNO, basta decir que en uno de sus números parte de su primera página apareció redactada en seis idiomas».
Por su parte, Luis Mira Izquierdo, Director de SIGNO en 1948, escribe en él en igual fecha:
« ... Fui el heredero de un semanario pletórico de fuego, hecho por hombres que habían dado pruebas, desde la barricada de la Prensa y en la barricada sin metáfora, de una fortaleza espiritual envidiable. Aquel semanario que vino a mis manos en septiembre de 1947 –aunque interinamente lo dirigí algunos meses antes de esa fecha–, tenía vida propia, “mandaba” mucho a los que lo hacíamos ...
»Lo importante es que SIGNO recogió ... en su primera página los llamamientos de todo el Episcopado español –Obispo tras Obispo, Diócesis tras Diócesis– a la Juventud, invitándola a ganar el jubileo compostelano. Hay en SIGNO ... de 1948, un verdadero tesoro de enseñanzas y también una prueba inequívoca de con cuanta atención, con cuanto cariño, con cuanta abnegación, la Jerarquía de la Iglesia nos ha alentado en nuestro camino de peregrinos ...
»En la historia del periodismo acaso no existe un hecho tan singular como el de SIGNO, el primer semanario–diario. Nuestra Redacción en pleno se trasladó a Santiago en los días anteriores a la Peregrinación. Allí, durante tres días, SIGNO se convirtió en diario ... Culminó así su campaña santiaguista ... ».
20. El Salmo del Peregrino en Marcha
De José María Pérez Lozano aparece en SIGNO de fecha 7 de febrero de 1948. Dice así:
«Estoy dispuesto, Dios, para seguir tu huella,
la huella que has dejado en la rosa y la nube
y que florece ahora como un gran crisantemo
en el erial oscuro y difícil de mi alma.
He dado mi adiós roto y transido a las cosas,
a la piedra y al perro que llenaban mi espíritu
de terrenos afectos que de Ti me apartaban
y ya estoy preparado para el camino largo
.....................................................................
Estameña de fraile parece mi esclavina;
mi sombrero florece en borlas de verano;
está el sol en lo alto y el trigo recogido
llenando los almiares de dorados reflejos,
Estoy dispuesto, Dios, para seguir tus huellas;
enciende la luz blanca –polvo de milenios–
del camino estrellado que lleva a Compostela.
Me rebosa en el pecho un viento de nostalgia
y está el camino llano y rojo de amapolas».
21. En el Sepulcro del Apóstol no termina vuestra peregrinación
«Peregrinos ..., no es el Sepulcro del Apóstol el término de vuestra peregrinación; el término es el Reino de Dios. La tierra prometida es aquí en la vida temporal la “Civitas Dei”, en la eterna, la perfecta alabanza del Padre en su Hijo por el Espíritu Santo» [128]
22. Y de nuevo, a la eterna peregrinación espiritual de todos los días
Y de nuevo, a la eterna peregrinación espiritual de todos los días. Porque hay mucho que peregrinar hasta dar todo el corazón a Dios y todas las almas a Jesucristo, hasta el cielo.
Y la peregrinación continuó.
23. Tres años después de la peregrinación
En el número de agosto–septiembre de 1951, Manuel Aparici, ya Consiliario Nacional, escribe en el BOLETÍN DE DIRIGENTES (Cf.):
« ... Tres años hace que se realizó ... la Peregrinación a Santiago.
»Mas ahora, al conmemorar, urge meditar aquellas palabras del Apocalipsis: “Conozco tus obras, y tus trabajos, y tu paciencia ... Pero tengo contra ti que has perdido el fervor de tu primera caridad”. Porque el ritmo y el estilo actual de los Jóvenes de Acción Católica de hoy no se corresponde a esa trayectoria de la gracia de Dios en nuestra Obra. La Peregrinación, desde su inicio hasta su realización física, fue una efusión de la gracia de Dios. Su Eminencia el Cardenal Primado les decía a los dirigentes peregrinos del 43: “Peregrinar es el estilo propio de la vida cristiana”. Y Su Santidad Pío XII, unos meses antes [129], había dicho a nuestra Patria en la persona de nuestro Embajador: “Nuestro deseo con relación a España, señor Embajador, es verla una y gloriosa, alzando con sus brazos poderosos una cruz en torno a la cual se congreguen aquellos Pueblos que, gracias principalmente a ella, rezan y adoran a Dios en castellano, para después proponerla al mundo como el ejemplo del poder restaurador de una fe a la que, en definitiva, hay que volver para resolver todos los problemas”.
»Y la peregrinación, como se decía en la ofrenda al Apóstol del 41, era para eso: para alumbrar en la juventud de España el estilo peregrinante; es decir, un cristianismo dinámico, sobrenatural, una conciencia de que aquí no estamos de asiento, que esto es el destierro; que no somos para las criaturas, que somos para la Patria; que nuestra Patria es el cielo; que tenemos que caminar “de fe en fe” y “de virtud en virtud”, cooperando con nuestros sacrificios a la aplicación de la gracia redentora merecida por Cristo en la cruz, para así, por una “fe que obra por la caridad”, renovar la vida individual, familiar y social de nuestra Patria, la Vanguardia de la Cristiandad.
»La concentración de 1948 no era el término de la Peregrinación. Era una confesión pública del propósito que la gracia alumbró en las almas de los Jóvenes de Acción Católica. Sólo así, con el gozo místico del que sabe que muere a esta vida de destierro para alumbrar la vida de Dios en las almas, se explica aquella ofrenda heroica de los siete mil mártires y de los millares de vocaciones sacerdotales y religiosas.
»Hay, pues, que renovar la primera caridad. Hay que ver a la humanidad del siglo XX como redimida por Cristo, y que por sus ignorancias, sus vicios y sus pecados, está a pique de perderse. Hay que verla como la amada por Cristo hasta la locura de la cruz, y después enfebrecido por la sed de su salvación que al Señor atormentó en el Calvario. Dar entonces el paso al frente y ofrecerse a Él como cooperador a sus obras, interponiendo como valedor al Patrón de España, repitiéndole las palabras de la ofrenda de 1941: “¡Apóstol Santiago! Hoy, hincada la rodilla ante el Señor, renovamos nuestro voto de los días heroicos. Queremos, como tú, ser peregrinos y apóstoles, abrirnos a la acción del Espíritu Santo para con su impulso caminar sobre las huellas de Cristo y, con la ayuda de María y de los Santos, llevar a todos los hermanos a la Casa del Padre”».
24. Diez años después (1958) los peregrinos hispano-americanos conservaban íntegro el espíritu de Santiago
José Luis Castillo Puche, entonces redactor de SIGNO y organizador del aspecto extranjero de la Peregrinación, dice a éste [130]:
« ... En América, entre los que asistieron a Santiago, el espíritu se conserva todavía. En realidad, Hispanoamérica respondió muy bien al llamamiento ...
»Son los mismos, con la misma hermandad. Muchos me han buscado con verdadero ahínco y he sido peregrino, he tenido posada en su casas, con el amor que ellos recibieron ...
»En Brasil, uno de ellos me llamó veinticinco veces para localizarme. Bueno, me encontré que era Obispo. Los argentinos me llevaron a Lejúan ... Y en [Ecuador] Méjico y Puerto Rico. En toda América donde hay hombre hoy, peregrinos a Santiago entonces, realmente fue hermoso aquello y el lazo que tendimos ... ».
25. Hermano Mayor de la Archicofradía del Glorioso Apóstol Santiago
La Archicofradía del Glorioso Apóstol Santiago, de Santiago de Compostela, atendiendo a las ejemplares dotes de amor al Apóstol, Patrón de España, y de su afanoso interés por el fomento de la devoción y esplendor del culto a él debido, que concurren en el Rvdo. Sr. D. Manuel Aparici Navarro, en junta de 28 de agosto de 1954, le nombró Hermano Mayor de la Archicofradía.
26. Pensamiento de Manuel Aparici sobre la Peregrinación a Santiago - Libro 'COMPROMISO PEREGRINO'
«La Peregrinación a Santiago de 1948 creo que ha sido la mayor empresa realizada por la Juventud de Acción Católica –escribía en SIGNO el 6 de septiembre de 1958 Antonio Herrero Losada–. Prevista para 1937, no pudo llevarse a cabo por la guerra ..., y entonces sirvió como máximo aliciente para que los hermanos nuestros que en una zona y en otra de las dos en que había quedado dividida España vivían la tragedia de aquellos momentos. “Para Santiago, santos”. Este fue el lema ... ».
Descargar el libro "COMPROMISO PEREGRINO"
En el prólogo del COMPROMISO DEL PEREGRINO [131], modesta edición, que recoge el pensamiento de Manuel Aparici sobre la Peregrinación a Santiago, – Juan Candela Martínez, a la sazón Presidente del Consejo Diocesano de los Jóvenes de Acción Católica de Murcia, más tarde testigo en la Causa de Canonización de Manuel Aparici, dice:
«Sólo el fraterno amor que liga a esta Unión Diocesana y su Consejo con Manuel Aparici pudo ser la causa feliz de la entrega que hoy hacemos del pensamiento del ex–Presidente Nacional sobre nuestra Peregrinación a Santiago. Nosotros nacimos a plena vida de la Juventud de Acción Católica de España, llevados de la mano de aquel Aparici de la inmediata posguerra, que incansable recorría las Diócesis recién liberadas para traernos, aún caliente y húmedo de sangre, el mensaje de los mártires a quienes él mismo también aleccionó desde los artículos de SIGNO y los folletos para los Centros de Vanguardia.
»Un sencillo intercambio de propuestas dio por resultado la confección de este libro y la decisión de lanzarlo cuando ya Compostela, la Civitas Dei de la Juventud hispánica, se alza ante nosotros, los que con prisa y gozo nos acercamos a sus umbrales.
* * *
»Es esta misma proximidad de la llegada la que reviste de mayor urgencia y eficacia la presente edición.
»Porque como el mismo Manuel Aparici nos dirá después, “toda gran empresa requiere un pensamiento común en quienes la sirven”. Pensamiento común que es fruto de común elaboración, pero que es principalmente desarrollo de una primera semilla lanzada al aire, con genial acierto, por quién esté en la cúspide de la comunidad que ha de hacerla crecer y fructificar. Nuestra Obra, desde el punto de vista histórico y generacional, es cabalmente una agrupación de jóvenes forjada al calor del Corazón de Cristo, tamizada por el trance del martirio y la Cruzada [132] y clavada en una época concreta a cuya humanidad hay que salvar por la vía de la conversión de todos nosotros en una vanguardia ejemplar y conductora. Quienes fueron puestos por Dios para regirla tenían el magno deber de alumbrar las ideas motrices que la adiestraran en el conocimiento de su ser y en la fecundidad de sus obras. Y quienes la integramos tenemos el claro designio de guardar y repetir, de vivir y refrescar todas aquellas ideas para que la Obra persevere con la prístina y esencial entraña que la justifica. No es tanto, pues, hoy y ahora, el oír, el leer y el meditar lo que Aparici ha dicho sobre Peregrinación, un deber de justicia y de gratitud cuanto una necesidad ineludible que nos marca nuestra condición de dirigentes y jóvenes que vamos a dar cima en el próximo agosto a la proyección histórica y concreta de la esencia misma de nuestra Obra, la cual hemos de legar a las futuras generaciones, y sobre todo a nuestros Aspirantes, con la pureza y ortodoxia con que la recibimos.
»Y como la esencia de nuestra Obra es peregrinar [133] y, en no poco, peregrinar por los ideales y con el estilo que nos marcó Aparici, el COMPROMISO DE PEREGRINO que Aparici redactó, que nuestros mártires [134] y cruzados repitieron, y que lleva aprendiendo y actualizando la Juventud de Acción Católica de España desde hace varios años, es la síntesis de cuanto puede definirnos y de cuanto tenemos que realizar.
* * *
»Es precisamente el molde de aquel ya viejo y perennemente vivo “Compromiso de Peregrino” del que se ha servido Manuel Aparici, desde su dulce altura sacerdotal y desde el acervo de amores, desvelos y experiencias que fue toda su vida de joven de Acción Católica y de Presidente Nacional, para trazar toda la teoría de nuestra Obra. Y lo hizo no sólo para inmediata enseñanza de cuantos peregrinamos a Santiago en este Año Santo de 1948, sino también con la previsora intención de legar a todas las generaciones juveniles hispánicas cuanto el Señor quiso que fuese el pensar, el sentir y el obrar de la Juventud de Acción Católica, según pudo percibirlo y adivinarlo –el que era ya, por designio de la Jerarquía, Capitán de Peregrinos–. De la forma misteriosa y feliz con que siente la voluntad de Dios él que es mayor y guía entre los hermanos.
»Por eso es posible ver en el contenido mismo de estas glosas a cada uno de los puntos principales de nuestro “Compromiso de Peregrino”, ese claro sentido trascendente a lo puramente circunstancial de un par de fechas ciertamente importante, pero al fin pasajeras e históricas, que son el 28 y 29 de agosto de 1948. Porque tales glosas calan en lo hondo de la teoría de la peregrinación con ánimo de desvelarnos justamente lo teológico, lo ascético y lo místico de aquella, que si tendrá su plasmación muy clara y expresiva en la próxima epifanía triunfal de Santiago de Galicia, ha de ser base perenne de nuestro pensar y vivir como Juventud de Ación Católica a través de todos los tiempos, mientras el Señor sea servido de mantener en la Iglesia española aquel brote fecundo de su Amor, configurándolo como una encarnación viva y ejemplar de la Palabra y la Vida de Jesús, alzada ante un mundo que necesita hoy y necesitará siempre de la Vanguardia de Cristiandad.
»La aportación en este sentido de Manuel Aparici es valiosísima para la Juventud de Acción Católica de España. Con ello se responde también a la pregunta de muchos: ¿Qué hacer, qué decir, qué pensar cuando regresemos de Santiago? Para quienes planteen el problema de forma radical y casi angustiosa, él da una visión de la peregrinación como tarea permanente, y por ello justificación incesante de nuestra Obra. Porque el peregrino sigue en estas glosas un camino abierto y ascendente de perfección que no acaba en la Compostela geográfica, sino en la Compostela eterna, que es la casa del Padre. Ni queda en un puro vivir individual, sino que ve desplegarse ante sus ojos ese maravilloso plano de la Cristiandad futura que él tiene que edificar, desde el seno reducido de la vida familiar hasta el ancho horizonte de las misiones entre infieles, cuyos 1.400 millones son perspectiva más que capaz de llenar de ambiciones y sacrificios muchos años de vida de la Juventud.
»Lo que pasará, y esto es ciertamente destacable, es que la generación que no alcance la marcha histórica a Santiago precisará de una concreta y relativamente inmediata tarea que realizar, sugestiva y arrolladora como aquella, pero siempre será sobre la base de ir edificando en cada uno de nosotros el Cristo vivo y en todos el Cristo total que Aparici fijó como término fundamental de la Juventud de Acción Católica. Pero aún para esta delicadísima concreción de la tarea no será poco contar de antemano, como decimos, con ese enfoque juvenil y apostólico de ideas capitales que adelanta ya la seguridad de que no se va a errar en lo primordial, y de que por ello no se traicionará una herencia sagrada y limpia, elaborada con años, con sacrificios y con sangre de generaciones juveniles anteriores.
* * *
»El estudio del COMPROMISO DE PEREGRINO viene, pues, aquí dado con este sentido de autoridad, de autenticidad y de oportunidad que señalamos y no restan valor a ello la forma sencilla de la exposición ni el vehículo periodístico en que llegó a nosotros. Porque aquélla, sobre hacerla altamente asequible a todos los ambientes juveniles, no ciertamente homogéneos, tiene la virtud de haberse logrado precisamente tras prolongada meditación, depuradora de conceptos e imágenes. Y éste, a pesar de entrañar una exposición ininterrumpida y periódica, no priva a las profundas tesis desarrolladas de la vanidad de plan y de estilo, que es bien patente.
»Son, pues, los capítulos que siguen [135] una serie de artículos publicados por Manuel Aparici en nuestro semanario nacional SIGNO, tan amado de él y de toda la Juventud de Acción Católica. No todos, sin embargo. Porque el titulado “Imitaré a Sant–Yago y San Juan” ha sido elaborado por el autor expresamente para esta edición, y el que figura bajo la rúbrica “Acepto el legado de Sangre”, es un extracto, lo más completo posible, del texto de su discurso pronunciado en la gran peregrinación a Zaragoza e inserto también en un extraordinario inolvidable de SIGNO. Por último, el artículo “Plano de la Cristiandad futura”, a pesar de su brevedad, es de tal densidad en sugerencias, que él, por sí solo, basta para proporcionar ideas con que entender glosados algunos puntos del “Compromiso” no específicamente tratados bajo su rúbrica particular.
»El libro queda así con la primitiva redacción y frescura de ideas con que fue elaborándose en SIGNO, salvo contadísimos retoques hechos por el propio autor, coronado con el Capítulo la “Peregrinación y el Papa”, que, sin ser una glosa concreta a algún apartado del COMPROMISO, es, sin duda, un digno colofón que Aparici ha querido poner a toda la teoría de nuestra Peregrinación que desde 1934, 1936 y concretamente desde el 14 de marzo de 1937 no se concibe sin que la figura, la palabra y la presencia, en fin, venerables del Pontífice la presidan.
»Con estas aclaraciones estimamos suficientemente expuesto el origen, sentido y forma de este libro. Y porque aun esto sea apoyado con palabras del propio Aparici, consignaremos aquí lo que él mismo dirá más adelante: “No pretenden ser estos artículos un tratado de todo lo que el compromiso de peregrino enuncia y menciona, sino una ayuda a la que me obliga el título de Capitán que me otorgasteis”. La nota de modestia es evidente, pero no extraña, como sabemos, en el autor. Mas es justamente este título de Capitán de Peregrinos, que le otorgó la Juventud de España, con el que Aparici se presenta de nuevo a ella por medio de esta obra, y el que, por estar bien justificado y atribuido según lo siente el sincero y apasionado corazón de esta misma Juventud, basta para privarnos de intentar por nuestra parte una presentación del autor, al uso en todas las líneas preliminares de un libro. Dicho intento hubiera sido imperdonable para una generación como la nuestra, que recibió de los labios y la pluma de Manuel Aparici las primeras noticias de nuestra Obra y aprendió de su vida el amor y la generosidad con que hay que servirla.
* * *
»Como queda explicado que fue sólo el amor que Aparici tiene a esta Juventud de nuestra Diócesis el que le llevó a consentir que fuéramos los meros recopiladores y editores de su doctrina, a nosotros sólo nos resta testimoniarle aquí nuestra gratitud y pedir al Señor porque sus palabras calen cada vez más en el alma de la Juventud a quienes van dirigidos.
»Y a imitación de aquella expresión de San Clemente Romano en su epístola a la Iglesia de Corinto, nosotros, fraternalmente, nos atrevemos a ofrecer la presente modesta edición con estas palabras finales: “La Cristiandad juvenil de la Diócesis de Cartagena–Murcia a todas las Cristiandades juveniles del resto de España y de la Hispanidad, peregrinas, como ella, a Santiago.
Murcia, Víspera de la Festividad de San Juan Bautista del Año Santo 1948».
A continuación en el libro viene el 'Compromiso del peregrino' Dice así:
«Yo, peregrino como Santiago, por Dios y por España, me comprometo, respondiendo al llamamiento del Vicario de Cristo, a trabajar sin descanso por hacer de mí mismo, de mi Centro [136], de mi Patria y de todo lo hispánico, Vanguardia de ...
“Una Cristiandad en que todos los miembros vigilen sobre sí mismos; que deseche toda tendencia a lo puramente exterior y mundano; que se atenga seriamente a los preceptos de Dios y de la Iglesia, y se mantenga, por consiguiente, en el amor de Dios y en la solícita caridad para el prójimo ...; ejemplo y guía para el mundo profundamente enfermo” (Pío XI, Encíclica del 14 de marzo de 1937).
Para triunfar
Pediré la Gracia [137] para vivir en ella.
Oraré para no caer en la tentación.
Comulgaré, por lo menos, el día del Señor, y espiritualmente todos los días.
Haré de mi vida un continuo caminar hacia Dios.
Estaré unido a Jesucristo
Por el conocimiento e imitación de su Vida y práctica de su Doctrina.
Por la obediencia [138] al Papa, a mi Obispo y a mi Párroco.
Honraré a la Virgen María
Con un vivir puro, alegre y apostólico.
Con el rezo cotidiano del Santo Rosario.
Imitaré a Sant-Yago y San Juan, hijos del trueno, en su valiente apostolado
Con la confesión en todo lugar, tiempo y circunstancias, de mi fe católica.
Ganando para Cristo a compañeros e instituciones a que me encamine su Divina Providencia.
Acepto el legado de sangre de los mártires y de los héroes
Caminaré sobre sus huellas ofreciendo trabajos, sacrificios y hasta la vida por Dios y por España.
Que lo sepan todos: lucho, como ellos,
Por la Unidad Católica de España a la luz de Roma.
Por la inocencia de los niños.
Por la santidad de la familia.
Por la honestidad y austeridad de las costumbres.
Por la justicia en las relaciones sociales.
Por la grandeza del Imperio.
Por el honor de Cristo–Rey.
Guarde la Virgen del Pilar los destinos de España
Y SERÁ PORQUE DIOS AYUDA Y SANT-YAGO.
En afanes de peregrinos fuimos a Roma en súplica de bendición del Padre para la empresa ecuménica de retornar al mundo al Corazón de Dios.
La Iglesia por labios del Papa pidió una Cristiandad ejemplo y guía para el mundo profundamente enfermo.
Durante la Cruzada vimos que la misericordia del Señor, con una clara y viril vocación al heroísmo y al martirio, nos abría camino para hacer de España Vanguardia de Cristiandad. No nos importa si se aprendió o no la lección, nos basta saber que esa era la voluntad de Dios y que el camino está abierto.
Los jóvenes de Acción Católica ofrecemos:
Dar cima, con la ayuda de Dios, a sus designios sobre España, haciendo de nuestro pueblo Vanguardia de Cristiandad. Reincorporar a Cristo y a su Iglesia a la juventud española, sirviéndole de bálsamo y espuela mediante la fe que obra por la caridad.
Nuestro compromiso apostólico juvenil consiste en caminar hacia Dios sin descanso, peregrinos de un camino eterno de santidad.
Fuimos a María
A renovarnos en Cristo por la infusión del Espíritu Santo; a Jurar fe viva en su Concepción Inmaculada, su Asunción gloriosa a los cielos y su Mediación Universal; a Prometer, a proseguir nuestra Peregrinación con decisión y generosidad semejante a la de los mártires y los héroes, hasta que España y todo lo hispánico sean Vanguardia de Cristiandad.
La próxima etapa es Compostela
Allí ha de comparecer la juventud española convertida en Iglesia. Nuestro trabajo es ganarla para la vida de gracia e injertarla en el tronco perenne de la Jerarquía.
Marchemos haciendo la verdad en la caridad para instaurar todas las cosas en Cristo.
La Juventud de España y de los Pueblos Hispánicos y del Mundo nos aguarda.
Empuña tu bordón de peregrino y camina.
27. Epílogo
A él se debe en gran parte el estilo jacobeo que distingue a la Juventud Católica. Él fue el que en aquel día de enero de 1936 exponía a Su Santidad el Papa Pío XI el ambicioso proyecto de reunir en Compostela a los jóvenes que hablan y rezan en español a uno y a otro lado del Atlántico. Pero él, en su humildad, les decía: «No fue vuestro Presidente quien convocó a peregrinar; fue Cristo quien llamó». Podría parecer que aquella peregrinación de los Jóvenes de Acción Católica de entonces (1948) era algo del pasado.
La gran nueva peregrinación de Juan Pablo II ha sido una convocatoria para misionar en el mundo entero, y lo ha sido tras marchas peregrinas por el Camino de Santiago, que sigue abierto para todos los que como en el pasado se reafirman en el deber de contribuir al lado de sus Pastores a la evangelización del mundo.
No deja de ser gratificante y esperanzador también que sigue siendo el norte propuesto a la juventud de hoy para la recristianización del mundo. Aquella peregrinación no es algo del pasado, algo olvidado, sino que acaba de tener un insospechado florecimiento con los jóvenes de hoy convocados por Juan Pablo II para trabajar en la viña del Señor
Y así, de nuevo, a la eterna peregrinación espiritual de todos los días. Porque «hay mucho que peregrinar hasta dar todo el corazón a Dios y todas las almas a Jesucristo, hasta el Cielo» [139].
Que el Capitán de Peregrinos nos siga señalando el camino que lleva a las alegres moradas del Señor [140].
[106] Julio-agosto de 1946.
[107] Cf. Nota manuscrita de Manuel Aparici sin fecha.
[108] LA FLECHA, febrero de 1935.
«Manuel Aparici pronuncia un vibrante discurso. Se levanta a hablar –dice– por dos ideas: unión y separación. Hace desfilar ante el auditorio todo lo tratado en la Asamblea, manifestando la gran importancia que tienen para la vida de la Obra. Termina exclamando: “Todos juntos, como granos de trigo, en la Eucaristía; todos juntos, por la caridad, amasados en la Obra, a mayor gloria de Dios”. Una gran ovación interrumpe sus últimas palabras, que se reanuda al pronunciar la frase ritual: “Queda clausurada la V Asamblea”» (LA FLECHA, enero de 1935).
[109] SIGNO de fecha 3 de enero de 1948, reproducido por SIGNO de fecha 6 de septiembre de 1958.
[110] Cf. 1, (4 de junio de 1948).
[111] Informe de los Peritos Archivistas.
[112] José María Valiente, Alfredo López, Manuel Aparici, Antonio García-Pablos y Enrique Pastor.
[113] Cf. SIGNO de fecha 24 de julio de 1948.
[114] Rvdo. José Manuel de Córdoba. Cf. SIGNO de fecha 5 de enero de 1965.
[115] Cifra ésta también citada por Manuel Aparici en el BOLETÍN DE DIRIGENTES de agosto–septiembre de 1951, que algunos medios de comunicación elevan a 70/75.000, 100.000 según otros.
[116] Cf. De fecha 5 de enero de 1965.
[117] «Recuerdo muchas cosas, pero por encima de todo el esfuerzo físico para cumplir mi promesa de comulgar los ocho días que duró nuestra Peregrinación de más de 3.000 kilómetros. En Valladolid un capellán amigo me dio la comunión antes de amanecer. No podía resistir más la sed. Entonces no había los privilegios de hoy. Recuerdo ... el tintineo de la campanilla durante la elevación en la noche maravillosa de la explanada de la Universitaria. Y el escalofrío que sentí cuando Dios Hostia venía a mí ... Recuerdo ... los rosarios en el coche, al atardecer, contemplando los campanarios en sombras» (Álvaro Capella. Cf. SIGNO de fecha 6 de septiembre de 1958).
[118] « ... Aventura que duró ocho jornadas a la intemperie, metidos en un camión descubierto (creo que puedo afirmar que el más averiado vehículo que participó en toda la Peregrinación, que nos llevó, ida y vuelta, de Zaragoza a Santiago. Yo, por fin, volví a casa ¡–andando!– con dos días de retraso ... ¡Qué buen recuerdo ... !» (José Luis Pérez Cebrián. Cf. SIGNO de fecha 6 de septiembre de 1958).
«Aparte de estos recuerdos gratísimos [el abrazo al Apóstol, siempre inolvidable, el mensaje del Santo Padre, etc.] no puedo olvidar los percances por los que atravesé. Quedé con otro fuera de la caravana automovilística por falta de espacio. Aguardamos a los últimos camiones que pasaban por Madrid procedentes de Alicante, y apenas salimos de aquí se prendió fuego uno de ellos ... Una peregrinación con obstáculos» (Venancio Redondo Díez. Cf. SIGNO de fecha 6 de septiembre de 1958).
[119] Manuel Vigil y Vázquez. Cf. SIGNO de fecha 4 de marzo de 1950.
[120] Manuel Vigil y Vázquez. Cf. SIGNO de fecha 4 de marzo de 1950.
[121] De fecha 6 de septiembre de 1958.
[122] De fecha 4 de marzo de 1950.
[123] EL IDEAL GALLEGO, La Coruña, de fecha 29 de agosto de 1948.
[124] Manuel Vigil y Vázquez. SIGNO de fecha 4 de marzo de 1950.
[125] Cf. De fecha 4 de marzo de 1950.
[126] «También se han investigado –dicen los Peritos Archivistas en su Informe– los archivos que podían aportar documentos relacionados con la Causa y que se indican a continuación:
a. Los archivos de la Juventud de Acción Católica –hoy Movimiento de Jóvenes de Acción Católica– sitos en Madrid, calle Alfonso XI núm. 4, fueron puestos a nuestra disposición por el Consiliario General, Rvdo. D. Cecilio Jiménez Jiménez, y su Presidente, Juan José Olleta, tan pronto nos pusimos en contacto con ellos, dándonos toda clase de facilidades.
La documentación que existe en los mismos se refiere en casi su totalidad al año 1978 y siguientes. La relativa a años anteriores es prácticamente nula. El Consiliario nos indicó que la documentación que veíamos era, en efecto, la única que tenían, aclarándonos que en los Consejos Diocesanos no existía tampoco documentación alguna al respecto (en efecto, examinados estos archivos la documentación encontrada relacionada con Manuel Aparici fue prácticamente nula).
b. Los archivos de la Junta Nacional de la Acción Católica Española, también sitos en Madrid, calle Alfonso XI, hoy Federación de Movimientos de Acción Católica, puestos, igualmente, a nuestra disposición por su Presidente D. Rafael Serrano tan pronto contactamos con él, dándonos, asimismo, toda clase de facilidades.
Antes de iniciar el examen, sin embargo, la Srta. Antoñita Bergés, secretaria de D. Rafael, nos informó que, habiendo examinado ella previamente la documentación que existía en los archivos, a raíz de nuestra conversación, no había encontrado nada relacionado con Manuel Aparici. No obstante, ponían muy gustosos los archivos a nuestra disposición.
Al mismo tiempo, nos informó que cuando se hicieron las obras en el edificio para la instalación en el mismo de la cadena COPE se llevaron camiones enteros de documentos sin que se conociera su contenido y destino; extremo éste confirmado por D. Ricardo Cortés, de ECCLESIA.
En efecto, examinados estos archivos la documentación encontrada relacionada con Manuel Aparici es prácticamente nula.
[127] De fecha 6 de septiembre de 1958.
[128] Nota manuscrita de Manuel Aparici sin fecha.
[129] Discurso de S.S. Pío XII al Embajador de España. Diciembre de 1943.
Unos cuatro años antes, en su Mensaje a España del 16 de abril de 1939, decía (permítasenos la repetición): «Los designios de la Providencia, amadísimos hijos, se han vuelto a manifestar una vez más sobre la heroica España, la Nación elegida por Dios como principal instrumento de evangelización del Nuevo Mundo y como baluarte inexpugnable de la fe católica ... ».
[130] Cf. SIGNO de fecha 6 de septiembre de 1958.
[131] Manuel Aparici Navarro, Pbro., Ex–Presidente Nacional de la Juventud de Acción Católica Española. Ediciones del Consejo Diocesano de los Jóvenes de Acción Católica de Murcia 1948.
[132] Manuel Vigil, bajo el título «La sed de Aparici», explica «aquellos inolvidables años vividos a su lado. Nosotros –dice– teníamos un sentido de Cruzada distinto del aplicado al llamado bando nacional, que era más bien una cobertura política ante la persecución de que la Iglesia era objeto en el bando del sedicente gobierno republicano. El sentido de Cruzada era el de Aparici, de sed de almas para Cristo. Sostener esto en aquellas circunstancias tanto a un lado como a otro del frente era arduo porque, en el lado nacional, la Cruzada era la que se hacía con las armas. Los Centros de Vanguardia intentaban dar en el frente el verdadero sentido de la Cruzada. Pero eran inevitables los condicionamientos patrióticos, muy sentidos por muchos de nuestros jóvenes, de lo que se originaba el peligro de confusión. Todo combatiente del ejército de Franco era un cruzado y nosotros sabíamos que eso no bastaba.
La Encíclica “Mit Brennender Sorge” [con Viva Ansiedad], con su llamamiento a la “Cristiandad ejemplo”, permitió situar sin equívocos a la Juventud de Acción Católica en su verdadero papel, sin importar los recelos de juventudes del Movimiento, pues les bastaba seguir a Franco para ser cruzados. Por la gracia de Dios, Aparici consiguió dar a la Juventud de Acción Católica un inequívoco aire de apostolado tanto en las trincheras, primero, como en los Centros Parroquiales, después, vivero de peregrinos jacobeos. Mucho periodismo he hecho pero para mí los años de SIGNO al servicio de la “Cristiandad ejemplo” son el mejor recuerdo de mi vida profesional y ello se lo debo a Aparici».
[133] «[...] En este peregrinar del mundo católico nos cabe una primicia indiscutible. Nuestra Juventud ya estuvo en Roma en los Años Santos de 1925 y 1933 ... », afirma José María Castán Vázquez en SIGNO de fecha 2 de septiembre y 11 de noviembre de 1950.
[134] «Los 7.736 sacerdotes y los 7.000 Jóvenes de Acción Católica» (Nota manuscrita de Manuel Aparici sin fecha).
[135] Estos capítulos no se transcriben.
[136] Manuel Aparici decía: «El Centro es “fragua de apóstoles” (Ni asilo, ni reformatorio, ni un invernadero» (Nota sin fecha).
[137] «La Gracia –decía Manuel Aparici– tiene un poder expansivo mayor que el de la bomba atómica» (CONQUISTA de fecha 20 de abril de 1946. Consejo Diocesano de los Jóvenes de Acción Católica de Murcia) y «Todo joven, cualquiera que sea, comunista, socialista, ateo, puede regenerarse, porque el poder de la gracia de Dios es infinito» (SIGNO de fecha 28 de octubre de 1950).
[138] «La obediencia –decía Manuel Aparici– no ha de ser pasiva, sino activa. Y para ser activa se precisa que la mente del que obedece conozca el pensamiento de quien ordena» (Nota manuscrita sin fecha).
[139] Pío XII, radiomensaje a los jóvenes peregrinos en 1948 en Compostela.
[140] Llegado este momento, no está de más recordar las «características del peregrinar» con palabras del Manuel Aparici:
«Este es el aspecto externo de nuestro caminar. Abriendo camino al Reino de Dios en la juventud de España. Abriendo camino. Ya sabéis que el instrumento ha de ser cortante y afilado, como afilada y cortante es la verdad. Cada uno de nosotros debe ser Palabra de Dios hecha carne, espada que separe carnes de huesos. Abriendo camino con nuestro ejemplo, con nuestro vivir laborioso, con nuestro vivir alegre, con nuestro vivir apostólico ... ».
Así como el «Ideal del peregrino»:
«Desnudarse del hombre viejo, que se atenga seriamente a los preceptos de Dios y en la solicita caridad con el prójimo revestirse del hombre nuevo.
Peregrino es el joven que ha hecho de este ideal la norma de su vida y que a través de los días y las criaturas camina con todo el vigor de su alma joven hacia la consecución en él de este ideal».
Y el «gran Ideal»:
« ... conocido, amado y servido en toda la tierra y esto mediante el vivir cristiano de cada uno en la gran Comunidad Hispánica al servicio de la gran Unidad de la Iglesia».